San Valentín fue el Obispo de la ciudad de Interoma de Umbría (Italia). Dios le concedió el Don de cura de los enfermos invocando el nombre de Jesucristo. Durante del gobierno del emperador Aureliano (270- 275) tres jóvenes de nombre Procul, Efiv y Apolino llegaron a Roma desde Atenas. Vinieron pera estudiar y se alojaron en la casa de su maestro Cratón. El hijo de Cratón se había lastimado la espalda de tal manera que, poco a poco comenzó a encorvarse de tal forma que el joven no podía enderezarse. Durante tres años consultó a varios médicos, pero sin ningún resultado. Finalmente Craton, pidió a San Valentín que rezara por su hijo enfermo.

Al llegar a Roma, el Jerarca se encerró con el joven en una habitación y toda la noche rezó fervientemente. A la mañana siguiente, el joven salió de la habitación completamente curado. La noticia de este milagro se difundió por Roma y muchos se convirtieron a la fe cristiana y entre ellos, el hijo de Avundio, el intendente de la ciudad. Este último era un pagano fanático y descargó toda su ira sobre Jerarca Valentín, a quien quiso hacer perjurar a la fe y adorar a los ídolos. No pudo conseguir nada y lo arrojo a la cárcel. Allí el Santo fue visitado por los discípulos de Craton quienes abrazaron el cristianismo. Al poco tiempo a San Valentín lo decapitaron. Luego, por la difusión de la fe cristiana, también fueron torturados los discípulos de Craton: Prokulio, Evfibio y Apolonio. Avudio los enterró al lado del San mártir Valentín.




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