El santo Simón era originario de Caná de Galilea y era conocido personalmente por el Señor y su purísima Madre, porque el pueblo de Caná no estaba muy distante de Nazaret. Cuando Simón celebró su matrimonio, invitó a esa festividad al Señor, a su inmaculada Madre y a sus discípulos. Como se había acabado el vino para los invitados, el Señor transformó el agua en vino (Jn. 2:1-11). Impresionado por este milagro, el desposado comenzó a creer en el Señor Jesucristo como el verdadero Dios, y abandonando la celebración de su boda y su misma casa, siguió al Señor con fervor. Desde entonces recibió el nombre de "Zelote" o "el Celoso," porque estaba inflamado con un fervor tan grande que olvidó a su propia novia por amor a Cristo, desposando su alma al Novio Celestial. Por esta razón, Simón fue considerado entre el grupo de discípulos de Cristo y entre los doce Apóstoles.
En el día de Pentecostés, cuando el Santo Espíritu descendió sobre los Apóstoles en forma de lenguas de fuego, ellos recibieron el don de la palabra que les permitió predicar el Evangelio a todas las naciones. Al recibir el Espíritu Santo junto a los demás, Simón salió a predicar a Cristo por diversas tierras, pasando por Egipto, Mauritania, Libia, Numidia, Cirenia y Abjacia. En este último lugar, en una región que está en la orilla nororiental del Mar Negro, él iluminó con la fe de Cristo a numerosos paganos. También fue a Bretaña, donde iluminó a muchos descreyentes con la luz del Evangelio. Allí fue crucificado y enterrado por idólatras. Esta es una de las más antiguas tradiciones, de la cual su principal autoridad es San Doroteo, obispo de Caza (300 d.C.). San Nicéforo, Patriarca de Constantinopla, un respetado historiador por derecho propio (758-829), también confirma su visita a Gran Bretaña.
Otras tradiciones señalan que el Apóstol estuvo en Persia, con San Judas, con quien fue martirizado. Sin embargo, otros afirman que San Simón el Zelote fue enterrado en la ciudad de Nicosia, cerca de Zhiguencia. Los lugareños señalan que este lugar está a unas trece millas de Sujumi, no lejos de la costa del Mar Negro. Posteriormente se construyó una iglesia en el sitio de la muerte del santo y su estructura fue renovada en 1875, gracias al fervor de uno de los grandes duques de Rusia.
Al santo Apóstol Simón el Zelote se lo conmemora el 10 de mayo; pero no hay que confundirlo con Simón Pedro, que fue también uno de los doce Apóstoles, ni con Simeón, el pariente carnal del Señor (Mt. 13:55), que perteneció a la clase de los setenta Apóstoles y fue el segundo obispo de Jerusalén, el sucesor del Apóstol Jacobo. San Simón el Zelote es conmemorado de nuevo por la Santa Iglesia el 30 de junio, junto a los demás Apóstoles.





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