San Mitrofano (bautizado Miguel) nació en el año 1623 en la región de Vladimir, en una familia eclesiástica. Sus padres, muy devotos, le dieron una buena educación ortodoxo-cristiana. Cuando se quedó viudo a los 40 años, Miguel se ordeno monje en el monasterio de la Dormición de la Virgen en Zolotnicovo, cerca de la ciudad de Suzdal. Constante en sus esfuerzos espirituales, el monje fue ordenado como sacerdote en el año 1663 y tres años después nombrado superior del monasterio Cosmino-Iachromsk.
Como superior. San Mitrofano, era muy respetado por el clero como también por los laicos. Teniendo completa confianza en San Mitrofano, el patriarca Joaquín (años 1673 — 1690) le asigno el pago de los sueldos a la gente de armas de la caja del monasterio. Cuando en el año 1682 se inauguró la nueva cátedra episcopal en la ciudad de Voronezh, el superior Mitrofano fue ordenado como obispo. Durante la coronación del emperador Pedro, san Mitrofano fue testigo de las grandes revueltas cismáticas, que le dejaron una amarga impresión. El Santo vio que grande es el mal provocado por el cisma y por eso él fue un luchador activo contra la división.
A pesar de ocupar un alto cargo en la Iglesia, a San Mitrofano lo podía visitar cualquier persona que lo quisiese. Su arquidiócesis era el lugar de los que sufren. Lugar donde se hospedaban los peregrinos, lugar donde se curaban los enfermos. El Santo visitaba muy seguido a los enfermos y consolaba a los que sufren con la esperanza de la misericordia de Dios. También visitaba las cárceles. Entre los obispos él fue el predilecto del emperador Pedro I, quien, cuando visitaba la ciudad de Voronezh primero visitaba a San Mitrofano y después de charlar con él se retiraba con agradable y animoso estado de ánimo para ir al astillero naval, que se encontraba sobre el río Don.
Durante los 20 años de su obispado, san Mitrofano trabajó mucho por el bien de la Iglesia. En el año 1705 él se enfermó. En este tiempo llegó el emperador Pedro I a la ciudad de Voronezh. Visitó al moribundo Santo y se quedó hasta su muerte. Durante el sepelio del Santo el emperador fue uno de los que llevaban el féretro. Sepultaron a San Mitrofano en la Catedral de Voronezh.
El recuerdo sobre la devoción y honradez de San Mitrofano fue constante entre los habitantes de la ciudad de Voronezh. Al ser descubiertas sus reliquias, en el año 1718 y las curaciones que se producían convencieron a todos de su santidad. Más tarde, en el año 1833 las reliquias de San Mitrofano fueron solemnemente trasladadas a la Catedral de la Anunciación en la ciudad de Voronezh.
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